Se trata de Alejandro Glatt, un artista conectado al 100% con la naturaleza pero no cerrado a la innovación. Pues hablamos de que es el fundador de la colección «Feel the Fruit Movement» que promueve su alegre y bohemio mito a la Web3, en el que empiedra la sexualidad y claro la innovación…
Desde SXSW y NFT LA, hasta Consensus y NFT.NYC, el artista multidisciplinario de Tulum, Alejandro Glatt, se ha propuesto como misión conectar a la humanidad con la naturaleza y la tecnología Web 3.0 a través del “poder de la fruta”.
El proyecto fue lanzado el año pasado en SXSW, y se ha visto en numerosos eventos, a través de altares, ceremonias e instalaciones de arte a gran escala, el mensaje de Glatt para el mundo es conectarse, jugar e interactuar con los recursos de nuestra naturaleza que a menudo pasamos por alto.
Por otro lado, también juega un papel activo en Polygon Studios como su artista residente y creador de NFT, viajando por todo el mundo a tantas conferencias como puede, donando su energía y talento para ayudar a empoderar a las mujeres y sacar a relucir la espiritualidad humana y el asombro en los asistentes a la conferencia.
«Aprovecho cada oportunidad y me presento con mi volumen, energía y difundiendo lo que significa ser libre. El arte es más que una pantalla. Estos son medios para presentar para interactuar y atraer a las personas a través de la curiosidad y la atención”.
Alejandro Glatt, fundador de «Crypto Papayas».
Glatt hizo notar su entusiasmo de estar en NFT. NYC y en todas las conferencias importantes donde tiene la más firme y relajada intención de ayudar a expandir el movimiento Web 3.0 a través de la sexualidad humana y espiritualidad.
Las leyendas mayas cuentan de un pájaro que de común no tiene nada. Su melodioso canto canoro, el plumaje amarillento, pecho aceitunado, nuca y cabeza gris, hacen del Xtakay un ave muy conocida en la península de Yucatán y confundida incluso con su pariente el Bienteveo común; sin embargo, el campesino indígena sabe que no hay nada bueno sí uno de estos canta en la puerta de su casa.
Es considerada un ave agorera, aunque tiene un comportamiento como cualquier otra ave de selva y urbana, pues es un ejemplar que puede adaptarse a la zona urbana, pero su mayor desenvolvimiento es en las zonas forestales de Campeche y no es de un área en específico pues sus largas alas le permiten viajar por grandes extensiones de tierra para buscar alimento en los aires.
Es un ave muy común desde América del sur hasta la zona central de México. Mide aproximadamente 20 cm y pesa alrededor de 40 gramos; el macho no puede diferenciarse de la hembra sólo por su plumaje, el ave tiene el abdomen de un color amarillo y el pecho de color olivo, mientras que la nuca y cabeza son de color gris.
Pese a su tamaño, considerado pequeño, es un ave agresiva y defensora de su territorio, no importa si los intrusos son tucanes o halcones, e incluso de su propia especie. El macho sólo permite la interacción y el acercamiento de su hembra, pues los polluelos (al nacer 15 días después de haber eclosionado de sus huevos) dejan el nido para separarse de los padres.
Hasta ahora, no hay un estudio de estas aves que indique si pueden identificarse una vez que dejen el nido o simplemente pueden volar frente a ellos sin reconocerse, aun así, los mitos que giran en torno a estos ejemplares es más de algarabía que científico
Para los estudiosos de la vida animal, el Xtakay o melancólico, es un ave demasiado común, pues “lo podemos encontrar si en las zonas forestales y de selva maya, pero también en las ciudades, parados en los cables de los postes de teléfono o los de energía eléctrica, también en las ramas, así como el zanate o cahuis es común en la ciudad, así vemos al Xtakay, al cual podemos confundirlo con sus parientes cercanos como el Pitangus Sulphuratus.
Cansahcab, tierra de leyendas
¡Echa a ese pájaro, dale con tu tirahule o va a traer chismes y problemas!”, así exclamaban los ancianos cuando la Xtakay se posaba en una mata de chacá que estaba a las puertas de su casa y con un ruidoso chillido o canto parecía gritar “xtakay, xtakay”.
Estás hermosas aves son conocidas en las comunidades mayas como agoreras o presagio de enredos, chismes y sobre todo problemas, pues se dice que cuando escoge tu casa para chillar o gritar “xtakay, xtakay”, trae en los días siguientes todos esos males.
Este mito, que etiqueta a la xtakay y la hace una visita no grata, no impide admirar la belleza de estos mosqueros que tienen la característica inconfundible de acechar a sus presas (insectos) desde una rama y realizar vistosas piruetas para capturarlos al vuelo, para de nuevo posarse en su rama a la espera de su nueva presa, gritar “xtakay, xtakay” y ¿Por qué no?, de generar chismes y problemas.
¿Has escuchado la palabra tuluminati? Bueno, pues este rinconcito del Caribe mexicano es más que festivales, música alternativa y atuendos boho-chic. El Pueblo Mágico de Tulum, cuyo nombre significa muralla, sigue creciendo y para muestra basta saber que, existen más de 250 proyectos residenciales turísticos en él y la mayoría de ellos son enfocados a la renta vacacional.
Para llegar a Tulum, podrás tomar diferentes transportes en el aeropuerto de Cancún. Por 600 pesos, un taxi te llevará. También puedes irte en autobús por 340 pesos. O bien, en caso de que sepas —y quieras— manejar, existe la opción de renta de auto para la cual debes dejar un depósito de alquiler, que depende del modelo, y te será devuelto en cuanto lo termines de usar y lo devuelvas intacto. Esta alternativa puede ahorrarte muchos gastos de transporte ya en el destino.
¿Y el hospedaje?
Con respecto al hospedaje, Tulum ofrece una variada oferta, pero debes considerar la zona en la que estarás; si eliges algo céntrico, las playas te quedarán un poco lejos y tendrás que tomar un taxi, con un costo de 150 pesos por viaje, o rentar una bici por un día por 170 pesos, aproximadamente.
Tu primera opción puede ser en el condominio Bruna, algo lejos de la playa, pero frente a un Chedrahui y a 10 minutos a pie del centro, donde encontramos cafeterías, taquerías, restaurantes, tiendas de ropa o artesanías, puestos de marquesitas, galerías de arte y bares. El alojamiento puede incluir cocina integral, lo que nos hizo ahorrar en desayuno y cena, al menos en algunas ocasiones.
Para la segunda opción tenemos el hotel Alma de Flores, en Aldea Zama. Vivirás una experiencia fenomenal, pues las habitaciones tienen una decoración rústica-vanguardista que te hace sentir acogido, frigobar con bebidas refrescantes y algunos cuartos incluyen ¡albercas privadas! La zona es súper exclusiva, segura y queda cerca de algunos restaurantes y bares.
Ahora que, si tienes presupuesto de sobra, siempre habrá alojamientos frente al mar como Azulik o Ahau, cuyo precio por noche ronda los $10,000 más IVA por noche.
Ni hablar de la gastronomía que ofrece Tulum, tiene restaurantes con una variedad de platillos que seguro querrás repetir más de una vez, desde frescos cocteles hasta una langosta bañada en mantequilla.
Pero si lo que quieres es algo más regional un restaurante recomendable, de antojitos típicos, es La Chiapaneca, con un menú de tacos al pastor, sopes, tostadas, gringas y más que saciarán tu apetito.
Lo mejor de todo, es que en ambos sitios encontrarás tacos veganos.
A unos pasos de la Playa Paraíso, de las más famosas de Tulum, se encuentra el Restaurante Pancho Villa con todo tipo de mariscos, ensaladas y hamburguesas en el menú.
Por si quieres pasar una noche a la luz de las velas y disfrutar de finos cortes de carne argentinos, no te puedes perder la Estancia Jujeña. Eso sí, debes estar consciente de que tu bolsillo podría sufrir una considerable pérdida.
La Playa Paraíso es muy popular por su tranquilo oleaje. Otro símbolo que la distingue es su palmera borracha, como la llaman los lugareños. Si llegas muy temprano —a eso de las 7 de la mañana—, podrás tomarte selfies perfectas sin ningún turista y disfrutarás de un cielo casi lila y un mar tan calmado, cuyos horizontes se fusionan en uno mismo.
En este sitio encontrarás restaurantes, heladerías, jugos y desayunos para saciar tu apetito.
También está la famosa zona arqueológica de Tulum en la que caminarás entre senderos de arena mientras admiras los impresionantes vestigios de la cultura maya.
En Tulum hay varios cenotes, el Cenote Azul, entre Tulum y Playa del Carmen, uno de los más grandes de la Riviera Maya y del tipo abiertos con varias de áreas de baja profundidad que lo hacen un lugar familiar. Puedes realizar snorkelling, buceo, nadar y hacer picnic.
Por todo esto y más Tulum es considerada la perla del Caribe Mexicano donde vivirás una experiencia única de pies a cabeza con paisajes que jamás olvidarás.