Diferencias entre un terreno privado y un terreno ejidal

  • En términos de propiedad

Un terreno privado legalmente pertenece a una persona particular, mientras que el terreno ejidal solo es asignado a un ejidatario para determinado uso, pero sigue siendo parte del Estado.

  • En términos de documentación

En una propiedad particular se debe contar con la escrituración correspondiente, inscrita en el Registro Público de la Propiedad. Existe el caso de aquellos terrenos que pertenecen a particulares pero aún no están lotificados, para verificar su procedencia y estatus lo recomendable es asistir al Padrón Catastral del Estado.

Por otro lado, en el terreno ejidal cada ejidatario recibe un certificado ejidal de derechos parcelarios sobre la tierra que les fue asignada, pero este documento no es un título de propiedad, solo los acredita como beneficiarios para hacer uso del suelo que pertenece al estado.

  • En términos de uso

En la mayoría de los terrenos particulares existe la libertad de uso, por ejemplo, se pueden ejecutar diversos proyectos de construcción como casa particular, desarrollo vertical o locales comerciales. Siempre y cuando la documentación lo especifique.

Los terrenos ejidales están destinados para el aprovechamiento del suelo en actividades agrícolas, ganaderas o propósitos que destine la Asamblea Ejidal como la construcción de escuelas, hospitales o parques.

También existe la opción de designar el ejido en terrenos de uso habitacional, que pertenecerán al Estado hasta que la Asamblea los otorgue a los ejidatarios como solares. Una vez que esto ocurre, el ejidatario adquiere derechos sobre la tierra y puede venderla, rentarla, heredarla y demás.

Ventajas y desventajas de comprar un terreno ejidal

En realidad, no existe ninguna ventaja que favorezca la compra de un ejido. Si no se han concedido los derechos como solar, es ilegal vender una propiedad federal.

Considera también que al comprar un ejido estarás expuesto a fraudes. En algunos casos, quienes venden ni siquiera son ejidatarios y, como no existe documentación oficial que avale la propiedad, tú y otros más pueden ser “dueños” del mismo espacio.

Además, en caso de realizar la compra, los órganos judiciales están en su derecho de desalojarte y perderás tu inversión, el terreno y el inmueble que hayas construido.

No tener la escrituración correspondiente que ampare el derecho de una propiedad es un gran riesgo que te sugerimos evitar.  Es vital que conozcas las medidas para garantizar la seguridad jurídica de tu terreno

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